Así es, el verano está aquí otra vez, intensamente caliente y húmedo, soleado y emocionante. Cuando pensamos en el verano, muchos de nosotros pensamos en las vacaciones y las actividades divertidas, aunque muchos otros piensan en administrar el trabajo y los niños cuando la escuela termina y los horarios cambian. En su mayor parte, el verano a menudo se asocia con diversión al aire libre y pasar tiempo con familiares y amigos con hacer cosas como ir a la playa, invitar amigos en una parrillada o fiestas de piscina, etc. y el pasar más tiempo con personas allegadas por períodos de tiempo más largos.
Sin embargo, pasar tiempo con los demás y asociarse con ellos para planificar eventos y salidas a veces puede ser desafiante. Algunas familias son efectivas en negociar conflictos y resolver problemas. Estas han desarrollado un sistema que les permite navegar exitosamente a través de las agitadas aguas del desacuerdo, mientras que ayudan a todos a sentirse como si estuvieran siendo incluidos y escuchados. Estas familias han desistido de considerar el conflicto como algo que debe evitarse a toda costa para que nadie se irrite. En su lugar, adoptan el conflicto como un factor natural en las interacciones humanas y como una oportunidad para crecer y ayudar a crecer.
Quizás mamá quiera que todos se sequen al llegar de la playa, antes de sentarse a la mesa a almorzar, mientras que los niños, y algunas veces hasta papá, pueden verse más presionados por el hambre y menos motivados a cambiarse a ropa seca. Tal vez habrá noches en que algunos de los miembros de la familia prefieran jugar un juego de mesa, mientras que otros preferirían ver una película en la televisión. Debido a que el conflicto es inevitable cuando las necesidades de las personas son diferentes y / o en oposición, tener estrategias para enfrentar el conflicto puede no ser no solo útil sino, indispensable para unas vacaciones divertidas y sin peleas.
Negociar el conflicto de manera efectiva puede guiarse por dos pautas simples:
• ¡Mantén la calma! Durante un conflicto la única persona responsable de controlar sus emociones y mantener su calma soy yo. Cuando espero que otros me calmen o "me hagan sentir mejor", todos pierden, incluyéndome a mí.
• Recuerda: ¡el problema es el problema! El hecho de que haya un problema no significa que alguien sea el problema. Mientras más se concentre en el problema "no mojar las sillas", " hambre después de la playa", es más probable que encuentres soluciones. Por ejemplo, usar los muebles del balcón para comer puede ser un buen compromiso en este caso.
Algunos otros consejos que pueden ayudarlo a negociar el conflicto de una manera más efectiva son:
1. Identifique el problema o los problemas según los vean todos. Diferentes personas pueden ver el mismo problema de manera diferente o ver otros problemas. Todos tienen derecho a una opinión, nadie tiene derecho a que las coas sean hechas a su manera.
2. Indique los hechos. Enfóquese en el presente y evite las afirmaciones que provocan culpa o absolutos tales como: "siempre se sale con la suya", "nunca hacemos lo que yo quiero". Por el contrario, céntrese en lo que necesita o desea hoy y por qué: "Prefiero ver la televisión hoy, porque estoy muy cansado y a la verdad no será muy divertido jugar conmigo".
3. Sé consciente de tus sentimientos y valídalos para ti y para los demás: "Parece que estás muy cansado", o "Puedo ver que realmente quieres hacer eso" son afirmaciones que pueden ser de gran ayuda para conectarte. Recuerda, los sentimientos son solo sentimientos que no son correctos ni incorrectos. Al mismo tiempo, solo porque hayas validado los sentimientos de alguien, esto no significa que deba aceptar comportamientos inapropiados: "Aunque estés cansado, me gustaría que se seque los bañadores antes de acostarte".
4. Ayuda a generar soluciones, donde todos tengan la oportunidad de participar
5. Evalúa los (+) y (-) de cada solución propuesta
6. Estate preparado para alcanzar un compromiso intermedio y estate dispuesto a estar de acuerdo en estar en desacuerdo. Es posible que no obtengas todo lo que deseas, pero puedes obtener mucho si mantienes la mente abierta.
7. Sea tan democrático como la situación lo permita. Deja que todos opinen y expliquen su opinión sin interrumpirlos. De esta manera todos tendrán la oportunidad de reflexionar en cosas que pueden no haber pensado, y sigue la decisión de la mayoría siempre que sea posible y seguro.
Sin embargo, pasar tiempo con los demás y asociarse con ellos para planificar eventos y salidas a veces puede ser desafiante. Algunas familias son efectivas en negociar conflictos y resolver problemas. Estas han desarrollado un sistema que les permite navegar exitosamente a través de las agitadas aguas del desacuerdo, mientras que ayudan a todos a sentirse como si estuvieran siendo incluidos y escuchados. Estas familias han desistido de considerar el conflicto como algo que debe evitarse a toda costa para que nadie se irrite. En su lugar, adoptan el conflicto como un factor natural en las interacciones humanas y como una oportunidad para crecer y ayudar a crecer.
Quizás mamá quiera que todos se sequen al llegar de la playa, antes de sentarse a la mesa a almorzar, mientras que los niños, y algunas veces hasta papá, pueden verse más presionados por el hambre y menos motivados a cambiarse a ropa seca. Tal vez habrá noches en que algunos de los miembros de la familia prefieran jugar un juego de mesa, mientras que otros preferirían ver una película en la televisión. Debido a que el conflicto es inevitable cuando las necesidades de las personas son diferentes y / o en oposición, tener estrategias para enfrentar el conflicto puede no ser no solo útil sino, indispensable para unas vacaciones divertidas y sin peleas.
Negociar el conflicto de manera efectiva puede guiarse por dos pautas simples:
• ¡Mantén la calma! Durante un conflicto la única persona responsable de controlar sus emociones y mantener su calma soy yo. Cuando espero que otros me calmen o "me hagan sentir mejor", todos pierden, incluyéndome a mí.
• Recuerda: ¡el problema es el problema! El hecho de que haya un problema no significa que alguien sea el problema. Mientras más se concentre en el problema "no mojar las sillas", " hambre después de la playa", es más probable que encuentres soluciones. Por ejemplo, usar los muebles del balcón para comer puede ser un buen compromiso en este caso.
Algunos otros consejos que pueden ayudarlo a negociar el conflicto de una manera más efectiva son:
1. Identifique el problema o los problemas según los vean todos. Diferentes personas pueden ver el mismo problema de manera diferente o ver otros problemas. Todos tienen derecho a una opinión, nadie tiene derecho a que las coas sean hechas a su manera.
2. Indique los hechos. Enfóquese en el presente y evite las afirmaciones que provocan culpa o absolutos tales como: "siempre se sale con la suya", "nunca hacemos lo que yo quiero". Por el contrario, céntrese en lo que necesita o desea hoy y por qué: "Prefiero ver la televisión hoy, porque estoy muy cansado y a la verdad no será muy divertido jugar conmigo".
3. Sé consciente de tus sentimientos y valídalos para ti y para los demás: "Parece que estás muy cansado", o "Puedo ver que realmente quieres hacer eso" son afirmaciones que pueden ser de gran ayuda para conectarte. Recuerda, los sentimientos son solo sentimientos que no son correctos ni incorrectos. Al mismo tiempo, solo porque hayas validado los sentimientos de alguien, esto no significa que deba aceptar comportamientos inapropiados: "Aunque estés cansado, me gustaría que se seque los bañadores antes de acostarte".
4. Ayuda a generar soluciones, donde todos tengan la oportunidad de participar
5. Evalúa los (+) y (-) de cada solución propuesta
6. Estate preparado para alcanzar un compromiso intermedio y estate dispuesto a estar de acuerdo en estar en desacuerdo. Es posible que no obtengas todo lo que deseas, pero puedes obtener mucho si mantienes la mente abierta.
7. Sea tan democrático como la situación lo permita. Deja que todos opinen y expliquen su opinión sin interrumpirlos. De esta manera todos tendrán la oportunidad de reflexionar en cosas que pueden no haber pensado, y sigue la decisión de la mayoría siempre que sea posible y seguro.